martes, 18 de enero de 2011

¿Reserva Natural o Polo Inmobiliario?, Lucía Fariña, Luciana Rizzi, Adriana Agrelo

Características del área natural

El área seleccionada abarca un espacio de setecientos metros de ancho por dos kilómetros, que bordea las márgenes del Río de la Plata en los partidos de Avellaneda y Quilmes, respectivamente: Villa Domínico y Wilde, Don Bosco, Bernal y Quilmes. Limita en Avellaneda: con el relleno sanitario del CEAMSE, el arroyo Santo Domingo, el Río de la Plata y la localidad de Don Bosco.
A través de informes de evaluación del área de la Secretaría de Producción, Política Ambiental y Empleo de la municipalidad de Avellaneda y de material relevado por la Red de Emergencia Ambiental, hemos podido rescatar el siguiente informe de situación, que a continuación detallaremos.
Si bien el área abarca localidades de Avellaneda y Quilmes, intentaremos acotar las descripciones del espacio a lo que corresponde al Partido de Avellaneda:
En principio nos detendremos en el informe del área municipal de medio ambiente, que nos facilitara el biólogo Javier Muzón, en el que se indica que: el medio abiótico es “por los cambios estacionales del nivel del Río de la Plata, el fenómeno de las Sudestadas y las precipitaciones del sector” el que determina a esta zona “Planicie costera”, y presenta frecuentes anegamientos e inundaciones periódicas. En cuanto al medio biótico, es el de mayor diversidad en la Provincia de Buenos Aires. La selva marginal se asienta sobre un albardón costero de anchura variable entre 50-500 m, separando al Río de la Plata de las zonas bajas e inundables. El albardón se inunda temporalmente. Este enclave marginal representa un microclima más húmedo y cálido que el circundante, debido a la influencia del estuario.” Otra importante característica de la Selva Marginal, así denominada por estar a las márgenes del río, es que “(…) alberga representantes conspicuos de la flora autóctona de la selva paranaense, así como de su fauna asociada”. También se observan en la zona árboles invasores: un bosque de ligustro, matorrales de zarzamora, caña india, lirio amarillo, especies exóticas de sauces, fresnos, arces, ligustrinas y madreselva.
Los principales ecosistemas naturales están representados por la selva marginal, la selva con matorrales, los saucedales y matorrales ribereños, el monte, los chilcales y zarzamorales, pajonales, pastizales, bosques xeromórficos, albardones de ligustros y madreselvas y restos de césped ribereño. En las unidades forestales de la ribera que involucran a la selva marginal y al bosque, las especies dominantes son el ligustro (Ligustrum lucidum) y la ligustrina (Ligustrum sinense), acompañados de varias especies arbóreas, autóctonas y exóticas. La dominancia del ligustro da una idea de la influencia que tienen las especies exóticas, muchas de las cuales exhiben elevada cobertura relativa.  En general el área es homogénea desde el punto de vista fisonómico y se asemeja a un bosque ribereño de tipo Seibal  antropizado. La especie dominante es Erythrina crista-galli (Seibo) que puede estar acompañada principalmente por Sapium haematospermun (Curupí) y Cephalanthus glabratus (Sarandí). Asimismo, merece mencionarse que los sauces presentes en el área corresponden en su mayoría a sauces comerciales o sus híbridos de rápido crecimiento. A medida que se incrementa la distancia desde la costa del Río, comienza a simplificarse la estructura vegetal, manifestándose un gradual dominio de hierbas, tales como Cynodon sp., apareciendo, alejado de la costa, una comunidad relictual dominada por Spartina densiflora (“espartillar”), a la que con frecuencia se asocia Salicornia sp. Esta comunidad ocupa una delgada franja, caracterizada por presentar suelos de elevada salinidad. Cabe mencionar que el “Lirio amarillo” es una especie invasora que paulatinamente ha ocupado una gran extensión en las zonas bajas, desplazando a la vegetación autóctona y de este modo modificando el paisaje y las características ecológicas locales. Si bien, esta especie es aceptada por su flor, merece destacarse que debería estudiarse su importancia en la alteración de la biodiversidad local y su posible control como maleza invasora.

Desde el punto de vista funcional la composición del bosque de ribera se encuentra regulada por la dinámica hidrológica. El nivel topográfico determina la frecuencia de inundación de cada sector, por ejemplo los terrenos con 1 msnm o menos determina una frecuencia de inundación de más del 80% al año. La inundación periódica incide en la cantidad de materia orgánica que se deposita, la cantidad de semillas, la eficacia en la germinación, el éxito de los renovales. “Por estas razones el desarrollo de emprendimientos costeros como los observados sobre la desembocadura del canal Santo Domingo, potencialmente pueden llegar a afectar de manera dramática la evolución del paisaje ribereño y de toda el área en su conjunto, debido a las alteraciones en la dinámica de inundaciones que modelaron el área.”

Conjuntamente con la disposición florística se ha desplegado en la zona una fauna que comprende: El lobito de río, la tortuga de río y campanita, cuís moro, coipo, comadreja colorada, carpincho, ratas, lagarto overo, lagartijas, culebras pardas, sapos, rana de zarzal. En cuanto a las aves: Zorzal colorado, cotorras, horneros, biguá, Pato siriri pampa, tero común, pato maicero, torcacitas, carpinteros, caranchos, gaviotas, viuditas, federales, chimangos, tordos, etc.

Desde un punto de vista ambientalista, Daniel Pezza, Presidente de la Red de Emergencia Ambiental, investigador exhaustivo de los suelos, el  paleoclima y la  biodiversidad de la zona, nos refirió en una entrevista personal, algunas de las características que él desde su Asociación Civil, tras once visitas al área de estudio (primavera y verano 1998 a 2001) y posteriormente desde fotointerpretaciones de ortofotos ha investigado en profundidad que la zona funcionaba, desde finales del Holoceno como una “extensa red de drenaje. El área por entonces, conformaba una planicie aluvial muy anegadiza, sobre la cual confluían los causes de ciertos arroyos: del Chimango, de la Crucecita Sarandí, Santo Domingo y el Maciel mucho antes de la apertura del  `Canal Chico´ hoy canal de arroyo Sarandí y la Construcción del Puerto de Dock Sur.”
El asentamiento de inmigrantes, desde finales del siglo XIX, en sectores de esta franja costera dio un uso agrícola artesanal (quintas de hortalizas y frutales) que se mantuvo hasta que en los años `70 en que las propiedades fueran confiscadas por el estado nacional.
Una veintena de años después, el estado, a través del CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado)  entregó como parte de pago por el relleno sanitario estas tierras que llegaron a manos de la empresa SYUSA (Saneamiento y Urbanización S. A. de Techint).
En particular, una zona de “las quintas de Sarandí”, se encuentra a la otra margen del Arroyo Santo Domingo (Saladita Norte y Saladita Sur), es un conjunto de humedales de notable valor histórico y alta biodiversidad circunscriptos a la denominada Planicie Costera Bonaerense (PCB), del estuario del Río de la Plata.
Reconocemos en la Reserva Ecológica Costera Avellaneda –Quilmes, las características de un área natural protegida, tomando como base la definición de los autores Acerbi, Marcelo y Bachmann, Lia, en “Conservación de la naturaleza y áreas naturales protegidas”,  área natural protegida, seria “…un territorio comprendido dentro de ciertos límites bien definidos, de características naturales o seminaturales, que se somete a un manejo de sus recursos para lograr objetivos establecidos…”, que tendría como objetivo fundamental la conservación del medio natural y sus funciones serian “…mantener la diversidad de ecosistemas, especies y recursos genéticos silvestres y los sistemas sustentadores de vida y proteger las grandes áreas naturales del mundo por su valor intrínseco y su aptitud para el uso recreativo…”
La categoría que le cabría al espacio de la costa de Avellaneda, dentro de la categorización de manejo de áreas protegidas, según los reconocimientos internacionales, sería: VIII – Reserva de uso múltiple.
Esta categoría, también podría enmarcarse dentro de la Red Nacional de Cooperación Técnica en Áreas Protegidas.

 Área protegida, conceptos, marco legal, categoría de manejo.  
Como plantean los autores de Las áreas protegidas del tercer milenio, las áreas protegidas o los espacios que así podrían designarse tienen una gran presión social, política y económica en América latina. Así es el caso del espacio que hemos seleccionado para desarrollar. Esa área natural se ha sostenido con muy poca intervención directa del hombre, una compleja situación a discusión sobre su manejo.
Como habíamos mencionado anteriormente esta Reserva Natural se encuentra en medio de un conflicto de intereses, que surge a través de un proyecto de polo inmobiliario propuesto por la Empresa Techint en colaboración con los 
municipios que comprende la franja ribereña Avellaneda-Quilmes.

Nos hemos servido de bibliografía referente al proyecto titulado “Nueva Costa del Plata” tomando como eje las ponencias que surgieron de la convocatoria de la Audiencia Pública realizada el 26 de Noviembre de 2008, coordinada por el Defensor del Pueblo de Avellaneda, donde participaron además de las autoridades Municipales, representantes de la Empresa Techint y numerosas ongs e instituciones relacionadas con el medio ambiente como así también  asambleas vecinales y Sociedades de Fomento.
Nos resulta interesante evaluar en el marco de esta Audiencia las opiniones que tienen que ver con el impacto ambiental y las distintas caracterizaciones que los actores intervinientes esgrimen sobre la zona en cuestión. De allí hemos podido completar y recabar información sobre los humedales y la selva marginal, como así también las menciones que hacen los distintos expositores que acusan sobre el impacto y el pasivo ambiental que trae como consecuencia la intervención inmobiliaria, de leyes; decretos y ordenanzas municipales relacionadas con la Ley ambiental y/o Áreas protegidas.
Este extenso material también brinda información sobre la importancia del cuidado de esta zona ribereña y las argumentaciones correspondientes y alerta sobre el peligro de intervenir esta región con infraestructura y urbanización, depredando un alto porcentaje de este pulmón verde.
Más allá de los conflictos que ocasiona el marco legal, la cesión de tierras y los intereses políticos y económicos, nos parece interesante evaluar las distintas posturas para determinar el grado de compromiso de la comunidad con su medio ambiente. En general, salvo un porcentaje mínimo de actores que se oponen al proyecto, la mayoría de las instituciones apoyan con entusiasmo este emprendimiento argumentando que el mismo permitirá una fuente de trabajo, una puesta en valor de esa zona comparable al emprendimiento inmobiliario de Puerto Madero, incluso hablan de turismo y una zona destinada al esparcimiento integrada por servicios gastronómicos.

Los ambientalistas claman por una concientización de la población, una preservación de la zona, y un mejoramiento a través de la creación de una Reserva de usos múltiples, en donde se delimiten áreas de acceso para investigaciones, visitas educativas con guías especializados y la construcción de caminos hacia el río para la comunidad, para que pueda volver a disfrutar de su costa y del contacto con un medio natural.
También nos hemos apoyado en los datos brindados por el Director del Proyecto de Investigación y Desarrollo Paleoclima, Daniel Pezza que toma como zona de estudio lo que el llama “Valle del Arroyo Grande” que coincide con el área que nos ocupa.
Los estudios realizados, la caracterización de la zona que se remonta al Pleistoceno tardío y surge como consecuencia del ascenso del nivel del mar en la paleocuenca del Riachuelo, anegando las tierras que hoy pertenecen a Avellaneda y Lanús, nos demuestran la importancia que para los estudios científicos posee esta Reserva Natural, no sólo por su valor como pulmón verde, sino también por su valor arqueológico, para el estudio palinológico y biológico sobre distintas unidades litoestratigráficas. Esto permitirá, según afirma el Sr. Pessa, en la entrevista que nos ha concedido, reconstruir eventos históricos de cambios climáticos, geomorfológicos y biológicos, que acontecieron en los últimos 10.000 años, lo que refuerza que esta ribera sea considerada Área Protegida y caracterizada como Reserva Natural de usos múltiples, posición a la que Daniel Pessa, especialista en el tema, también adhiere.

4 - Otros conceptos relacionados, marco teórico referencial.

En el país, la temática de la conservación de la naturaleza y el sistema de reservas naturales, con la creación de la Administración de Parques Nacionales), datan de 1920/30, siendo pionero en el continente.
Según Burkart (1994) el sistema se forjó “…sobre la base de un modelo de reservas “sin gente”, recurriendo a severas restricciones al uso…”, ese modelo “aislacionista” del manejo de las áreas protegidas, generaban “islas” naturales que se “salvarían de la vorágine del desarrollo”.

A partir de 1982, en el marco del  Congreso Mundial de Parques Nacionales de Bali, Indonesia, el movimiento conservacionista internacional, se planteó un “Plan de Acción”, con nuevos objetivos: como el “promover el nexo del manejo de las áreas protegidas y el desarrollo sustentable” y el de “desarrollar la gama completa de categorías de manejo de áreas silvestres”, lo que permitió la inclusión y clasificación de diversos tipos de reservas naturales y la posibilidad de incorporar al hombre y sus actividades dentro de las mismas.  Un ejemplo de éstos son los valiosos modelos o categorías de manejo, de la “Reserva de Biosfera”, del Programa del Hombre y la Biosfera de la UNESCO o el de “Reserva de Usos Múltiples”, que permiten “armonizar” los objetivos de preservación de las áreas silvestres e integrar al hombre y sus actividades, contemplados en una misma unidad de manejo (“integral”) de conservación y desarrollo.
Actualmente, en APN, se encuentra en debate la adopción de un nuevo manejo de las áreas protegidas, que plantea desde un sentido integrador, las diferentes problemáticas a tener en cuenta: la participación social (co-manejo), el desarrollo, el turismo, las zonas destinadas a investigación científico-educativa.
Reconocemos un marco legal y de consulta la Constitución Argentina (1994) en su art. 41, en el Convenio sobre Diversidad Biológica, en la Ley General del Ambiente, la ley provincial N 12.459/00 y Nº 12.355, que crea la Secretaria de política Ambiental en la provincia de Buenos  Aires como en la adhesión a la Agenda 21. Todos estos artículos, legislaciones y convenciones internacionales son muestra de avances en la legislación a nivel nacional y provincial, que parecieran querer  garantizar la conservación del patrimonio natural y cultural, para la población y su posterioridad, pero no son suficientes para hacer frente a los intereses económicos que no consideran aspectos del desarrollo sustentable.
 La reforma de la Constitución del ´94, establece que las provincias tienen soberanía de sus recursos nacionales y son las que declaran y administran las zonas que consideran áreas protegidas (salvo los casos anteriores a la constituyente o que las mismas se las cedan a la Nación). Las AP.  que dependen de los municipios generalmente son en tierras fiscales, declaradas por ordenanza de la comuna y reconocida por la provincia.
Hay algunos casos de AP de “Administraciones Mixtas”, que son administradas por corporaciones regionales o comités mixtos, como la reserva de la Biosfera de la Laguna de los Pozuelos, administrada por representantes de la comunidad local, la Universidad N. de Jujuy, el gob: provincial y APN. – Administración de Parques Nacionales (1994) .
Si la Ley 10907 y sus modificaciones Ley 12459, 12905 y 13757, aprobadas por las cámaras de diputados y senadores de la provincia de Buenos Aires, declaran  “Reservas Naturales” a “…aquellas áreas de la superficie y/o del subsuelo terrestre y/o cuerpos de agua existentes en la Provincia que, por razones de interés general, especialmente de orden científico, económico, estético o educativo deban sustraerse de la libre intervención humana a fin de asegurar la existencia a perpetuidad de uno o más elementos naturales o la naturaleza en su conjunto, por lo cual se declara de interés público su protección y conservación…” y en su Artículo 4º, plantea que “…podrán ser declaradas reservas naturales, aquellas áreas que reúnan, por lo menos, una de las características que se enumeran a continuación: a) Ser representativas de una Provincia o Distrito fito y/o zoográfico o geológico, b) Ser representativa de uno o varios ecosistemas donde los hábitats sean de especial interés científico o encierre un paisaje natural de gran belleza o posean una gran riqueza…” la reserva que nos convoca tendría el marco jurídico apropiado como para sostenerse sin cuestionamientos al respecto.

La problemática ambiental en lo que respecta a la creación de nuevos espacios para uso turístico en la Argentina genera en Brallovsky ( Antonio Ello Brallosvksy, Impacto ambiental del turismo) cuestionamientos: “Sospechamos que no hay ninguna autoridad preocupada por estos temas. En última instancia, los que toman las principales decisiones sobre edificación son las empresas turísticas y las compañías inmobiliarias, sin que se realicen estudios sólidos para orientar su accionar.”


Según Burkart, Morello y Marchetti,  en Las áreas protegidas en el tercer milenio, las AP se encuentran a merced de las relaciones de poder y de los márgenes de decisión de los gobiernos, al ejecutar las políticas de planeamiento para la conservación de los bienes naturales. Estos mismos autores caracterizan a América Latina como un escenario en donde las extinciones y las amenazas de extinción para animales y plantas superiores, a pesar de estar en constante incremento, es reversible; comparando esta situación a la de los países desarrollados en donde por la erosión genética es un sin retorno para muchas especies y variedades silvestres y domesticadas.

5- Reflexiones finales

Lo que plantea Antonio Ello Brallovsky en el Impacto ambiental del turismo, que nosotras asociaremos al uso recreativo proyectado para la zona,  se relaciona directamente con el conflicto que se está planteando en la costa de Avellaneda: “(…) hay formas de usar un recurso turístico que pueden llegar a anularlo. Es decir, que caben para los recursos turísticos las mismas afirmaciones que para los recursos naturales (…) los recursos turísticos no son renovables per se. Su renovabilidad depende de cómo se los utilice, con qué criterio, de qué manera.” Esta cita nos antepone frente a las posibles modificaciones del medio natural una vez instalado este emprendimiento inmobiliario, la durabilidad del ecosistema como un lugar de paseo y recreación dependerá de las políticas que ejecuten los propietarios, el gobierno municipal, junto con todos los actores sociales.

Entendemos que existen múltiples razones para replantearnos los fundamentos propuestos en el proyecto de urbanización que los ejecutivos municipales (Avellaneda y Quilmes) dan lugar. Primero creemos necesario dar a conocer a toda la comunidad sobre el mismo, ya que hoy a pesar de haberse realizado una audiencia pública, es muy poca la población informada al respecto. Segundo consideramos que hace tiempo los organismos internacionales, después de Congreso Mundial de Parques Nacionales de Bali, Indonesia y más específicamente la UNESCO con su Programa MAB, nos plantean soluciones menos dicotómicas con respecto a la conservación de la naturaleza y la actividad humana, como la posibilidad de categorizar un área de acuerdo a su realidad local, como puede ser las “Reserva de usos múltiples”
En este sentido pensamos que la problemática que hoy se da sobre “nuestra” reserva, debe encararse priorizando los intereses de la comunidad en su conjunto entretejiendo los conceptos “ecológicos-territoriales”, en este caso como “pulmón verde” fundamental, que contrarreste el impacto del Polo Petroquímico de Dock Sud, “socio-políticos y culturales”, necesarios como espacio educativo, de esparcimiento y recreación en una localidad en la que escasea;  “económico-financieros”, por ser una de las zonas más vulnerables del conurbano bonaerense y de necesarias inversiones para su desarrollo urbanístico, productivo y económico, son imprescindibles políticas públicas de desarrollo sustentable, en donde el estado municipal tenga un rol fundamental de generador de redes (públicas y privadas), de controlador y garante de los intereses de la gran mayoría de la población tanto para mejorar su calidad de vida como para preservarla para las generaciones futuras.

No hemos querido extendernos en profundidad en el tema del conflicto, sino centrar nuestra atención en la Reserva como tal, para no apartarnos de los objetivos planteados por la cátedra para este trabajo. Bucear en los materiales y en la bibliografía para justificar nuestra elección. Sabemos que como Área Protegida, si bien cuenta con dos ordenanzas municipales, hay un largo camino por delante para consolidar esta zona. Creemos por todo lo expuesto que el mejor destino para este valioso pulmón verde, constituido por humedales, selva marginal, terrenos de gran valor geológico, con su correspondiente flora y fauna, es su catalogación de Reserva Natural de Usos Múltiples.  Para nosotras ha sido un desafío la elección de este tema y un rico aprendizaje, al no estar delineado ni totalmente constituido como una AP, caso de la Reserva de Costanera Sur y/o los Parques Nacionales, tuvimos que trabajar en muchos casos con los datos recogidos en trabajos de campo recientes, y nosotras mismas evaluar, reflexionar y ver las diferentes posiciones de la comunidad, sus necesidades e intereses.

Luciana Rizzi, Lucia Fariña, Adriana Agrelo




Bibliografía:
Normativas de la Política Ambiental Nacional como de la Provincia de Buenos Aires
LAS ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS DEL PAÍS. DATOS, HISTORIA Y EVALUACIÓN, en El sistema nacional de áreas naturales protegidas de la Argentina. Administración de Parques Nacionales. Buenos Aires (1994)

Lic. Acerbi, Marcelo, Prof. Bachmann, Lia CONSERVACION DE LA NATURALEZA Y AREAS NATURALES PROTEGIDAS

Administracion de Parques Nacionales,  EL SISTEMA NACIONAL DE AREAS NATURALES PROTEGIDAS DE LA ARGENTINA,  diagnostico de su Patrimonio Natural y su Desarrollo Institucional

Carpinetti, Bruno (2007) documento para Programa FAO/OAPN “Fortalecimiento sostenible de los recursos naturales en las áreas protegidas de América Latina”, Una experiencia intercultural de Co-manejo entre el estado y las comunidades mapuches, en el Parque Nacionel Lanin, Argentina”

Gallopín, G. C. (compilador) LAS ÁREAS PROTEGIDAS EN EL TERCER MILENIO en El futuro ecológico de un continente. Una visión retrospectiva de la América Latina. Editorial de la Universidad de las Naciones Unidas (Tokio – Nueva York – París)  y Fondo de Cultura Económica (Méjico)

Chebez, Juan Carlos y Krapovickas, Santiago “Proyecto Reserva Natural” (1997). Fundación para el desarrollo sustentable.


Listado Artículos Revista Municipal Avellaneda, MDA:
Avellaneda tendrá un Paseo Ribereño del Sudeste, Junio 2005, pag. 15
Avellaneda buscar recuperar su costa con el paseo ribereño del Sudeste, Diciembre 2006, Pag. 21
Avanza el programa de reconversión del Polo Petroquímico, Agosto 2006, Pag. 21
Comenzamos la Construcción del Camino de la Ribera, Octubre 2007, pag. 21

Proyectos de Investigación y Desarrollo: Paleoclima, Daniel Pezza, Director del Proyecto, Red de Emergencia Ambiental.

Reserva Ecológica de Avellaneda, Subsecretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Cuadernillo Informativo Municipalidad de Avellaneda.

Medio biótico, Secretaría de Producción, Política Ambiental y Empleo. Informe Municipalidad de Avellaneda.

Proyecto Reserva Natural, Fundación para el Desarrollo Sostenible
Fauna de la Zona de Quilmes, Cuadernillo informativo, Dirección de Promoción Ambiental, Municipalidad de Quilmes.

Imágenes:
Maqueta del Proyecto SYUSA (cedidas por la Subsecretaría Municipal de Prensa de Avellaneda)
Imágenes de la costa
Ilustraciones de fauna autóctona Fundación para el Desarrollo Sostenible, 1997

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